sábado, 29 de enero de 2011

Quevediana









¡Oh cuánta noche habitan nuestros deseos!

QUEVEDO, Marco Bruto


A modo de glosa de la frase magnífica del poeta, mi mano trazó el siguiente soneto, que quizá el viejo maestro no hubiera desaprobado del todo. Ilusiones anacrónicas, es claro. Literarias, quiero decir...


¡Ay, cuánta noche habita mi deseo,
ciego a quien guía una esperanza ciega
y que sin advertir adonde llega
me arrastra, ni fijarse en lo que veo!

Cambia de forma como aquel Proteo
que fantasea en una orilla griega
y en bahías soñadas se despliega
o se hunde en la oquedad como Teseo.

Dédalo del deseo, ávido hilo
que debiera enseñarme la salida,
remota luz del largo mar que espero:

símbolos son de un sueño que en sigilo
y a tientas me conduce por la vida,
mientras finjo que voy adonde quiero.

7 comentarios:

soylauraO dijo...

¿Ha escondido su norte o, acaso, lo educado le ha matado el instinto?
¿Ha visto a una bandada predecir una tormenta?
Gritan, huyen; pero vuelan.

soylaurao@gmail.com

Alejandro Bekes dijo...

Está muy bien... Está muy bien todo vuelo si no incluye aterrizaje forzoso.

soylauraO dijo...

Todo aterrizaje es forzoso, uno siempre tiene que bajar... para volver a subir, para volver a bajar...como un electrocardiograma, lisa y llanamente porque estamos vivos y con ganas de crecer.
Fingir es la mentira que tiene la virtud de que el único que la cree es quien la inventó.
soylaurao@gmail.com

Alejandro Bekes dijo...

No estoy muy de acuerdo con tu definición de ficción. Cuando veo una ficción en el cine, me creo todo, me conmuevo, me río, lloro... Los que la están filmando pueden ver en todo momento que es solo una puesta en escena. Allí el que inventa la ficción no puede creérsela, y creo que ahí está su modesto castigo.

soylauraO dijo...

Todo artista cree profundamente su ficción, de lo contrario no le daría la pasión y el testigo de esa obra no podría sentirla ni darle crédito.
Busco la manifestación del arte porque deseo conmoverme, como espectador o testigo soy vulnerable y crédula,¡Gracias a Dios!

Alejandro Bekes dijo...

Sí, en eso tenés razón. Si uno no cree en sus propios personajes, está sonado. Si uno no cree en sí mismo, está muerto.

soylauraO dijo...

Nos llevó nuestro tiempo, pero volvimos a coincidir.¡Qué bueno disentir y obtener este resultado.
Hola, soylaurao@gmail.com