domingo, 30 de marzo de 2014


  

El uniforme
 
A la memoria de Alejandro Dachary
 
    En el ropero de la madre cuelga
    vacío para siempre el uniforme
    y encerrado en la sombra apenas puede
    asustar el insomnio de los niños
    o presentar su inhóspita medalla
    al sol que en las mañanas lo revista
    de tanto en tanto. Resignadas pasan
    las manos viejas por la muda lana.
    Las horas de la casa en la penumbra
    lo conservan, bastión de lo llorado,
    y el recuerdo querido que lo llena
    no tiene nada de áridos honores,
    sorda soberbia, espadas y desfiles,
    ni es el teniente, el héroe y el soldado.
    Sólo es el hijo que se fue y no vino.
 
Escrito en Concordia, 
el 26 de abril de 1982