El error del otro
La noción de éxito —y la de fracaso— envenenan, una y otra, nuestra existencia. Vemos a los demás y no comprendemos qué hay en ellos. Todo se desarrolla en la tensión que produce nuestra avidez. Muy pocos están conformes y esto genera una rivalidad en la que cada uno trata de sacar ventajas a expensas de los otros. Es triste que así sea. Nos falta lo esencial: el respeto por el otro, que incluye el respeto por el error del otro.
Y por otra parte ¿quién puede estar seguro de que algo es un error? “Si no puedo encontrar la buena senda / prefiero equivocarme a mi manera”, escribió Alberigo Mansilla. Ana Bolena extravió a un monarca y al fin perdió literalmente la cabeza, pero de su vientre vino la reina que forjó el esplendor de su patria. ¿Estaba equivocada? ¿Quién puede decir de veras qué cosa es un error? Ni siquiera sabemos si acertar es posible.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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2 comentarios:
Mi abuelo castellano decía : "Nadie sabe para quién trabaja"....
Una versión muy certera de la sabia ignorancia socrática...
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