La tela de Penélope
En los días y noches del palacio
de Odiseo, en su Ítaca profunda,
Penélope tejía y destejía.
Así el hilo del tiempo en el espacio
trama y destrama la ilusión fecunda
desde el primer vagido a la agonía.
Pero tan claro el símbolo parece
que tal vez engañoso al cabo sea,
como exceso de luz en la mirada.
Penélope anochece y amanece
y a la luz parpadeante de una tea
teje y desteje en su telar, callada.
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