El camino misterioso
A
propósito de la pregunta (acuciante, insoslayable, casi nunca
explícita) sobre qué es lo que busca el escritor cuando escribe,
encuentro en una carta de Albert Béguin, escrita en 1937, la noción de
que el romanticismo consistió esencialmente en arriesgarse "a una
investigación sin un objetivo que pudiera fijarse por adelantado"; agregaba el ensayista (apelando a un nosotros, ay, hoy altamente problemático)
que en esto seguimos siendo románticos. Y prosigue: "El acto literario,
a partir del romanticismo, cambió de sentido: ya no se trata de
'expresar' algo antes conocido, sino de lograr ciertos gestos [...] de
los que el poeta sabe, con una certeza irracional, que tienen un alcance
inmenso, pero indefinible. Estos gestos de la creación estética
intentan asir una realidad, que ningún otro acto del espíritu podría
lograr." Es claro que estas palabras parecen una nota al pie de la frase
de Novalis, que el propio Béguin pone como epígrafe de otro de sus
ensayos: "El camino misterioso va hacia el interior. En nosotros, si es
que está en alguna parte, se encuentra la eternidad con sus mundos, el
pasado, el futuro..." No sé si ese camino misterioso llama todavía a
algún caminante. Acaso nadie lo recorra ya... salvo el crepúsculo.
6 comentarios:
"El camino misterioso va hacia el interior" ME QUEDO CON ESTA FRASE. UN SALUDO.
Gracias, Maruja. Un beso. A.
Qué buenas citas comentadas de Béguin, Alejandro: iluminadores las citas y tus comentarios. La frase "Estos gestos de la creación estética intentan asir una realidad, que ningún otro acto del espíritu podría lograr" define con sencillez y claridad la razón de ser de casi todo el arte moderno en relación con la ciencia, la filosofía, etc. Seguí publicando estas notas de lecturas, que son oasis de reflexión en medio de tanto desierto insensato, aunque parezcan aquellas voces que da el caminante en el poema de Góngora ("la confusión pisando del desierto / voces en vano dio"). Gracias. Un abrazo.
Me causó gracia, al intentar publicar el comentario anterior, el pedido "Demuestra que no eres un robot". Anoté las letras y los números solicitados para tal demostración, pero me queda nomás la duda.
¿Será la interioridad la raíz de todos los conflictos?
Es una experiencia individual que cada cual sabrá de qué modo descubrir.
Gracias a vos, Pablo, por acompañar estas notas dispersas... La verdad, trato de no engancharme más en el debate político, si es que a él te referías con lo del "desierto insensato". Y siempre espero, como el caminante gongorino, más que el repetido latir de un can siempre despierto, la dulce saña que me saltee, aún no bien sano, en cuanto salga el sol. Finalmente, no te parecés mucho a un robot, pero es curioso, realmente, que tengamos que demostrarlo. Abrazo.
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