sábado, 3 de abril de 2010

Le temps des cerises

In memoriam M. L.

Quand nous chanterons le temps des cerises
Sifflera bien mieux le merle moqueur



Cumplido el ciclo ha regresado religiosamente el otoño.
Con matemática dulzura trae la fecha su aire nuevo.
La rosa sínica mantiene aun abiertas sus flores blancas
que enseñan su corazón terco, ebrio de púrpura violenta.
El mediodía se estaciona, vivo de pájaros burlones.
Voy hacia el río y me acompañan altas las sombras de las nubes
y todavía te imagino viviendo en medio de nosotros.
Quiero escribir sobre el otoño y esta es la historia de tu muerte.
Como en la mágica canción que me enseñaste hace mil años,
el tiempo aquel de las cerezas muy corto fue, su llaga, eterna.
Gotas como bayas de sangre pendientes del lóbulo blanco
de una oreja perfecta y libre que las palabras asediaban:
la primavera nos dejaba soñar que nunca pasaría:
¡era tan dulce el aire ondeando, blanco, azul, rojo, en la bandera!
¡Era tan alta la hermosura de la honda noche junto al río,
era tan puro el aire frío lleno de vida en los pulmones!
Pero se ajaron los colores, se marchitaron los jazmines,
a orilla de los verdes ríos silbaron los mirlos burlones
y ya el otoño se insinuaba donde la vida se nos gasta
y el viento se desilusiona y en soledad madura el vino.
Siempre parece que no es tarde pero de pronto es imposible,
la tierra olvida lo que amamos, sólo se trata de partir.
Tu casa era una fiesta siempre. Y emigraste, como a la tarde
se apaga el sol en los parrales fatigados de sonreír.



LE TEMPS DES CERISES

Quand nous chanterons le temps des cerises
Et gai rossignol et merle moqueur
Seront tous en fête
Les belles auront la folie en tête
Et les amoureux du soleil au cœur
Quand nous chanterons le temps des cerises
Sifflera bien mieux le merle moqueur

Mais il est bien court le temps des cerises
Où l'on s'en va deux cueillir en rêvant
Des pendants d'oreilles...
Cerises d'amour aux robes pareilles
Tombant sous la feuille en gouttes de sang...
Mais il est bien court le temps des cerises
Pendants de corail qu'on cueille en rêvant !

Quand vous en serez au temps des cerises
Si vous avez peur des chagrins d'amour
Évitez les belles !
Moi qui ne crains pas les peines cruelles
Je ne vivrai point sans souffrir un jour...
Quand vous en serez au temps des cerises
Vous aurez aussi des peines d'amour !

J'aimerai toujours le temps des cerises
C'est de ce temps-là que je garde au cœur
Une plaie ouverte !
Et Dame Fortune, en m'étant offerte
Ne pourra jamais fermer ma douleur...
J'aimerai toujours le temps des cerises
Et le souvenir que je garde au cœur !



(Para quienes quieran oír la canción en la voz de Ives Montand:)


6 comentarios:

Anónimo dijo...

....... gracias por recordarla

danilo rossi dijo...

Gracias Alejandro por estas lineas. Gracias por este espacio. Hace ya algunos días le escribi un mail en donde le contaba un poco mis días en la ciudad inmensa. Creo que no le pudo llegar, siempre me rebotaba, quizas tenga mal su correo, o simplemente no se queria mandar. Le dejo un abrazo muy grande, espero se encuentre en armonia. Gracias

Danilo Rossi

Maximiliano Lapalma dijo...

"La primavera nos dejaba soñar que nunca pasaría (...) Pero se ajaron los colores, se marchitaron los jazmines".

No sé, pero me dejó intranquilo.
Muy bueno el blog, Alejandro.

Alejandro Bekes dijo...

Gracias por los comentarios y saludos. En estos días otoñales, la cigarra se ha dormido bajo la tierra. Pero como dijo nuestro Miguel Hernández, "alguna vez volverá".

María dijo...

preciosas y sentidas palabras. He llegado de casualidad.

Alejandro Bekes dijo...

Bueno, María, gracias. Dicen que no hay casualidad. Somos fugaces y lo son también nuestros encuentros, pero la poesía es eterna, ¿no? Un beso.