viernes, 15 de enero de 2010

La geometría es una cosa angustiosa

Un triángulo está formado por tres líneas melancólicas que tratan esforzadamente de entenderse entre sí. Seguramente ellas, en conjunto, sienten la terrible nostalgia de no ser un cuadrado, y ese lado faltante las atormentará más cuanto que no pueden imaginárselo, pues es ilógico que el tres añore el cuatro o el dos; pero precisamente esa carencia de respaldo lógico exacerba su melancolía. Y aun si no extrañaran nada, es posible sentir la presión que ejercen unas sobre otras, dos contra una, una con una, una con dos, y de esa presión resulta una tendencia culpable, una vocación circular que les ha sido vedada, una propensión a la curvatura que manifiestamente se les reprime y las ha reducido a lo que son: tristes rectas estériles dibujadas en un papel, apuntando cada una en su propia dirección, y aun en ambos sentidos, irreparablemente divorciadas.

1989

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Bellísimo. Leyendo tu traducción de las Geórgicas puedo descubrir que el uso de un arado o la cría de las cabras puede ser detonante de la altísima poesía. Encontrándome con este texto tuyo, que la geometría puede ser una excusa para el maridaje de la poesía y la metafísica.